La información es brindada por la octava ronda de la encuesta que UNICEF realiza ininterrumpidamente desde 2020. En más de 3 millones de hogares donde residen niñas, niños y adolescentes, no se perciben ingresos suficientes para solventar los gastos corrientes.

Unicef publicó su octava ronda de la encuesta que realiza en Argentina. Los datos nos ponen en alerta. Hay más de 3 millones de hogares donde no hay ingresos suficientes. La situación económica golpea a gran parte de la sociedad, afectando a casi 6 millones de hogares. Aunque se concentra con mayor intensidad en los sectores de menores ingresos, también se registra en los quintiles más ricos.
La encuesta, que es la octava que realiza Unicef en Argentina, se divide en dos partes. Se hizo por teléfono a 1,313 hogares a nivel nacional, con una muestra estratificada de casas con niños, niñas y adolescentes del país. Se realizó entre el 15 de abril y el 9 de mayo de este año. La población representativa es de 6.5 millones de hogares y 27.7 millones de personas que habitan en estas casas.
Estuvo dividida en dos partes: la situación de los hogares y la importancia de los niños, niñas y adolescentes en el presupuesto 2004. Entre las conclusiones de la primera parte, se encuentran las consecuencias que sufren los hogares por falta de dinero.

Entre ellos, el 23% dejó de comprar medicamentos, lo que claramente afecta la salud de las familias. En ese sentido, se redujeron los controles médicos y odontológicos, por lo tanto, hay una consecuencia a futuro sobre estos niños, niñas y adolescentes.
La falta de dinero, también llevó a las familias a usar sus ahorros para gastos diarios. En un 41% los usó para gastos corrientes, lo que también tiene implicancias sobre el futuro. Además, se nota un crecimiento del desempleo. En los hogares con la asignación universal asciende a un 23% y en aquellos con clima educativo bajó, a un 20%. Esta situación, sumada a la caída de la actividad económica, impactará en el crecimiento de la tasa de desempleo.
Un 23% de los hogares está endeudado. En ese grupo, más de la mitad de ellos pertenece al 40% de los hogares más pobres. Esta situación tiene su impacto en la compra de alimentos que se dejaron de consumor. Un 90%dejó de comprar leche; carnes y otros lácteos. Asciende a 67% en Hogares con AUH y con Prestación Alimentar. En hogares con jefes registrados, un 35% tuvo que dejar de comprar ciertos alimentos.
Se redujo el consumo de alimentos centrales para la nutrición de niñas y niños (carne, verduras, frutas y lácteos) y aumentan aquellos más baratos 74% en y menos nutritivos (fideos, harina y pan)
Todo esto ocurre en un contexto en donde la mitad de los hogares (50%) recibe al menos alguna transferencia de ingresos. En un 14% de los hogares, desde 2024, se dejaron de percibir algunas de estas transferencias (principalmente Potenciar Trabajo y Progresar).

Por Laura Fiochetta. Edición: Rebeca Orellano | ONAF | 12 de Agosto de 2024