Este miércoles 25 de septiembre, el Observatorio de Niñez, Adolescencia y Familia presentará un conversatorio virtual sobre niños, niñas y adolescentes con madres o padres privados de la libertad.
Antes de este evento, que contará con presencia de expositores de diferentes países de América Latina y profesionales de todo el país , conversamos con Martín Coria quien coordinará el conversatorio.
Coria hace 23 años que trabaja en un organismo de cooperación internacional ecuménico que en el año 2011 adoptó el tema de promoción y protección de derechos de niños y niñas con padres privados de libertad como una de sus prioridades de trabajo en América Latina. «Empezamos prácticamente de cero, con literatura solamente en inglés, preguntándonos por qué teníamos que ocuparnos nosotros de este tema ya que no éramos especialistas en cárceles ni en sistema penal. El primer informe regional que completamos un grupo de organizaciones aliadas se llamó “Invisibles hasta cuándo” y fue el comienzo de un camino que seguimos transitando.
La Plataforma NNAPES (NNAPES es el acrónimo que se adoptó para referirse a niños y niñas con padres/madres/referentes privados de libertad) es la columna vertebral pero no exclusivo del movimiento, el cual tiene aliados como el Instituto Interamericano del Niño, organismo especializado de la Organización de Estados Americanos, y la RIMUF, red internacional de mujeres familiares de personas privadas de la libertad», sostiene en diálogo con el Observatorio de Niñez, Adolescencia y Familia.
En ese sentido, agrega: «He tenido el privilegio de ver nacer un verdadero movimiento regional que hoy tiene miembros en más de doce países que trabajan para que estos chicos, chicas y mujeres sean visibles y escuchados, sus derechos respetados, y que en definitiva tengan más oportunidades para desarrollarse como personas».
¿Qué nos encontraremos en el conversatorio virtual?
Las presentaciones no agotan ni cubren los temas posibles de abordar pero cada una tiene un propósito: poner en lugar central la voz y la palabra de niños y niñas, a ellos tenemos que escuchar, con ellos dialogar y a ellos proteger para que puedan desarrollarse como personas; destacar el rol y potencial que tienen los municipios argentinos para impulsar políticas y modelos de inclusión social innovadores; dar visibilidad a los desafíos específicos y áreas de oportunidad que presenta el arresto domiciliario, y ubicar la situación del tema en Argentina en el contexto más amplio de América Latina.
¿Cuál es la situación en Argentina de niños, niñas y adolescentes con padre y /o madre privados de la libertad?
Antes que nada, es importante decir que cada niño o niña es único, no existe una sola forma de vivir el encarcelamiento de un ser querido y es riesgoso generalizar. Dicho esto, la situación en Argentina es comparable a la situación de otros países del Cono sur y de America Latina. Se trata de niños especialmente vulnerables e invisibilizados. No hay muchas diferencias en los relatos de niñas y adolescentes chilenas, nicaragüenses, uruguayas, dominicanas, brasileras o argentinas. Los relatos de sus madres y cuidadoras son muy similares también. En todos los casos se menciona una combinación de estigmatización, discriminación y vergüenza, agravada por factores estructurales preexistentes al encarcelamiento y comunes a millones de niños y niñas como la pobreza multidimensional, las violencias de todo tipo, consumos problemáticos, educación y salud de baja calidad, entre otros.
Sabemos más que hace 10 años sobre la situación de estos niños y niñas, porque en estos años se han realizado una serie de estudios e investigaciones que recogieron y sistematizaron su voz, experiencias y demandas. Además, vamos ampliando nuestro conocimiento sobre su situación porque en varios países latinoamericanos hay grupos locales de niños y niñas organizados y activos, y procesos de apoyo a su participación y protagonismo que permite que ellos mismos nos cuenten cuál es su situación. La primera presentación del Conversatorio es justamente la experiencia de la ONG chilena ENMARCHA promoviendo vocerías juveniles en Santiago de Chile y en otros países.
Volviendo a Argentina, ni el Estado nacional ni las provincias saben cuántos son, cómo es su vida, que desafíos enfrentan en la familia, la escuela y la vida en comunidad. Tampoco son visibles para dispositivos, programas y servicios de apoyo a la niñez y adolescencia.
A pesar de la recomendación del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas a todos los Estados del año 2011 de producir información y ponerla a disposición para pensar servicios de apoyo apropiado, estos niños siguen siendo mayormente invisibles para El estado nacional, las provincias y la mayoría de los municipios (con algunas excepciones, una de las cuales conoceremos en el conversatorio). Muy lentamente, hay pequeños avances, como el informe de Gestión Anual más reciente del Servicio Penitenciario de la Provincia de Mendoza que informa que “En el año 2023 hubo 124.292 visitas de personas mayores de edad a personas privadas de libertad y 11,669 visitas de niños y niñas.” Eso es todo.
El estudio sobre “El Impacto de la Cárcel en las Mujeres Familiares y las afectaciones a sus derechos humanos” producido por ACIFAD – una de las organizaciones presentes en el conversatorio- junto a organizaciones de mujeres familiares de personas detenidas en America Latina, estima que por cada persona detenida hay cinco personas de su entorno afectivo-familiar afectadas por el encarcelamiento, incluyendo niños y niñas.
En relación a cuantos chicos en esta situación hay en Argentina y su situación, dos estudios del Observatorio Social de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina de 2019 y 2021 estimaron que en 2021 en nuestro país había alrededor de 700 mil NNA que vivían en un hogar donde hay o hubo un miembro de la familia privado de libertad.
Ante la ausencia de información estatal, los estudios nos dan una mejor comprensión sobre los hogares donde viven estas niñas y niños, y de las múltiples vulnerabilidades y riesgos que enfrentan en comparación con niñas y niños en hogares donde no hay un miembro preso en dimensiones como: pobreza, NBI y seguridad alimentaria, acceso a la salud, educación, trabajo infantil, crianza y oportunidades de socialización, vulnerabilidad a estilos de crianza negativos, y déficit de oportunidades de socialización. En casi todas las categorías, los niños y niñas en hogares con un miembro actual o anteriormente privado de la libertad, enfrentan condiciones más graves.
¿Difiere de la del resto de los países de América Latina?
No. Ser un niño, niña o adolescente con un padre/madre preso, es una experiencia muy similar en toda la región. Lo dicen los mismos chicos cuando se encuentran y dan su testimonio en investigaciones, audiencias publicas y encuentros, como uno reciente en Honduras, donde participaron representantes jóvenes de México, República Dominicana, Brasil, Chile, Uruguay y Honduras. Sus relatos sobre la mala experiencia con allanamientos y las visitas a penales, el estigma y discriminación que viven en la escuela y el barrio, son similares más allá del país.
Esta experiencia latinoamericana común permitió, entre otras cosas, la producción de ABRAZOS, una serie de 4 videos animados de 2:40 minutos cada uno sobre temas que los mismos chicos y chicas priorizaron, creando los textos y dando su voz.
Los niños y niñas que tienen hoy a un padre/madre privado de la libertad son un grupo muy joven, donde el estudio UCA 2019 estimó que un tercio de ellos tenía de 0 a 4 años y un 43 por ciento de 5 a 12 años. Eso hace la intervención en primera infancia y desarrollo infantil temprano clave.
El silencio y ocultamiento a los niños del encarcelamiento de su padre, madre o familiar es una práctica muy común, hecha muchas veces como mecanismo de protección, y que tiene efectos contraproducentes. Las y los especialistas aconsejan hablar a los niños con la verdad, en formas apropiadas a su edad y las circunstancias particulares.
Sobre el abordaje profesional con estos niños en general, creo que la respuesta a esta pregunta la tienen las mismas técnicas y profesionales que trabajan directamente con ellos en todas las etapas de la vida, desde la primera infancia hasta la juventud, en las áreas de educación, salud, deportes y otras. Es importante buscar formas sensibles de romper el silencio, tabú, prejuicios y hasta miedo que puede existir entre profesionales y técnicos, y promover espacios de formación y capacitación. Y tener siempre, siempre, el cuidado de los equipos como un eje transversal y permanente.
¿Qué debe modificarse en las políticas públicas para contemplar los derechos de los niños, niñas y adolescentes con familiares en las cárceles?
Las recomendaciones del Comité de Derechos del Niño de 2011 son un muy buen punto de partida y hoja de ruta para el estado nacional, provincias y municipios. También para especialistas, y organizaciones de la sociedad civil. La voz de los niños, niñas y mujeres familiares complementa y enriquece lo que recomienda el Comité.
¿Se dificultan las trayectorias escolares de los chicos/as con familiares en las cárceles?
Mucho. Los estudios de la UCA concluyen que la población de NNAPES, sobre todo los/as que transitan la primera infancia y la adolescencia (educación inicial y secundaria), registran mayor propensión a tener déficit educativo que aquellos/as niños/as que vivenciaron esta situación con anterioridad o que aquellos/as que nunca fueron NNAPES.
Al comparar NNA con o sin familiares privados de libertad, el 13,6% de los NNAPES en edad escolar (4 a 17 años) no asiste a ningún establecimiento educativo, el 19,2% asiste pero con sobre-edad, el 23,5% repitió un grado o año y el 8,3% requirió apoyo escolar durante los últimos 30 días.
Entre los niños, niñas y adolescentes de hogares sin miembros detenidos (Grupo B) el 11,1% no asiste, el 12,7% asiste con sobre-edad, el 15,8% repitió en alguna oportunidad y solo el 2,8% requirió apoyo escolar durante el último mes.
Por último, los testimonios de los mismos niños y niñas -incluyendo, por ejemplo, un episodio especifico de la serie animada Abrazos dedicado a su experiencia en la escuela – iluminan no solo los desafíos que existen sino que los cambios y mejoras son posibles.
Por Laura Fiochetta. Edición: Rebeca Orellano | ONAF | 23 de Septiembre de 2024