En las veinte mayores empresas tecnológicas mundiales, las mujeres representan más del 33% de la fuerza laboral, pero ocupan sólo 1 de cada 4 cargos directivos. «Las industrias digitales están fuertemente masculinizadas, con muy poca participación femenina», afirma Romina Zapata (1), integrante de la organización GenTIC. El resultado son algoritmos y sistemas de inteligencia artificial (IA) con sesgos de género. Además, según un estudio de ONU Mujeres, el 73% de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia en línea.

Este año la ONU (Organización de Naciones Unidas) celebró el Día Internacional de la Mujer bajo el lema “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”. Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres afirmó: “Las mujeres y las niñas tienen el mismo derecho a acceder al mundo digital y prosperar en él que los hombres y los niños».
Es que es que en lo que refiere a igualdad de género, en el mundo digital también queda mucho que recorrer. “Las normas discriminatorias y la violencia todavía impiden a las mujeres ingresar de lleno al mundo digital”, concluye el estudio «Panorama del estado de la igualdad de género en los Objetivos de Desarrollo Sostenible», publicado por ONU Mujeres el año pasado.
Según la investigación, las mujeres desempeñan apenas 2 de cada 10 trabajos en el campo de la ciencia, la ingeniería, y las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Además, en las 20 mayores empresas tecnológicas mundiales, las mujeres representan más del 33% de la fuerza laboral en 2022, pero ocupan sólo 1 de cada 4 cargos directivos.
“Las desigualdades de género complican el acceso de las mujeres a las tecnologías porque tienen un sesgo patriarcal”, explica Romina Zapata, especialista en temas de Género e integrante de GenTIC, una organización que trabaja sobre la temática de género y Tecnologías de la Información y la Comunicación.
“Los principales monopolios de tecnologías surgieron y están bajo el dominio de varones como Mark Zuckerberg, Bill Gates o Steve Jobs o Elion Mask. Son todos varones blancos, occidentales con acceso a dinero y educación que construyeron estos imperios desde ese lugar. Por lo tanto hay un montón de sesgos en las tecnologías”.
Además, sostiene que la falta de incorporación de mujeres en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas es una preocupación global. “Son áreas altisimamente masculinizadas donde por lo general las mujeres no alcanzan a participar en cifras superiores al 30%”.
Los sesgos de género de la inteligencia artificial (IA)
La preponderancia de varones en las industrias digitales tiene consecuencias: “Los sistemas de IA están sesgados porque son creaciones humanas. Los desarrolladores son quienes dan forma a su desarrollo”, dice Genevieve Smith, co-autora de un artículo titulado “When Good Algorithms Go Sexist: Why and How to Advance AI Gender Equity” en el que se aborda el problema de la IA y la desigualdad de género.
En la publicación narra que ella y su esposo solicitaron la misma tarjeta de crédito. A pesar de tener un puntaje crediticio ligeramente mejor y los mismos ingresos, gastos y deudas que su esposo, la compañía de tarjetas de crédito fijó su límite de crédito en casi la mitad del monto.
La anécdota de Smith cobra mayor sentido a la luz de hecho de que cada vez más empresas e instituciones toman sus decisiones basándose en sistemas de IA. Los algoritmos recopilan cantidades masivas de datos y aprenden de ellos para encontrar patrones y tomar decisiones, como cuánto crédito ofrece un banco a un cliente, a quién prioriza el sistema de salud o quién es el candidato ideal para un puesto de trabajo.
“Muchas veces se ha denunciado que los algoritmos de páginas laborales puntúan con menor mérito a los currículos de mujeres, entre muchos otros tipos de sesgos que hace que, por ejemplo, la industria de la gamificación o de la programación estén altísimamente masculinizada, con muy poca participación femenina”, explica Zapata.
Y la situación se profundiza si consideramos que las mujeres tienen menos posibilidades de usar servicios digitales para iniciar carreras en tecnología. “Pensemos además que cuando consultamos las encuestas de uso del tiempo, las mujeres y las niñas tienen una sobrecarga de tareas domésticas, de cuidado y crianza. A veces, destinan el doble o triple de horas que los hombres a este tipo de actividades. Esto obviamente genera una desigualdad en el acceso a la educación en general y a la educación en tecnologías en particular”, afirma la especialista de GenTIC.
Violencia de género en el ámbito digital
La violencia en línea es otra de las dimensiones de la brecha de género en el mundo digital. Los escasos datos disponibles sorprenden: un estudio de ONU Mujeres titulado «Violencia contra mujeres y niñas en el espacio digital» muestra que el 73% de las mujeres en el mundo han estado expuestas o han experimentado algún tipo de violencia en línea.

«Desde la Organización Género y Tic (GENTIC) te ofrecemos este curso para que puedas formarte en la materia. En los últimos años asistimos al incremento y diversificación de las formas de ejercer la violencia de género en línea ocasionando graves daños en las personas afectadas. La sociedad actual exige que una parte importante de nuestras vidas se desarrolle en entornos digitales y nos confronta con situaciones nuevas en las que las mujeres y personas del colectivo LGTIBQ son agredidas a través de las TIC. Por eso es fundamental adquirir los conocimientos necesarios para identificar y poder hacer frente a estas violencias. Es necesario incorporar la perspectiva de género y diversidad a los ámbitos digitales para que podamos utilizarlos de forma segura y prevenir así violencias sexistas».
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“La violencia de género digital es aquella violencia que valiéndose de las TICS se ejerce a través de acciones directas o indirectas tanto en el ámbito público como privado y que basadas en una relación desigual de poder del género masculino sobre el femenino lo que hacen es afectar la vida, la libertad, la integridad psíquica sexual y la seguridad personal de las mujeres”, dice Romina Zapata.
A nivel mundial, 23% de las mujeres manifestaron haber sufrido abuso o acoso en línea al menos una vez en su vida, y que 1 de cada 10 mujeres, de 15 años en adelante, ha sido víctima de alguna forma de violencia en línea. Además, investigaciones indican que el 28% de las mujeres que fueron objeto de violencia basada en las TIC han reducido deliberadamente su presencia en línea.
“En el ámbito de la tecnología la violencia de género se manifiesta cada vez más. Las personas usamos cada vez más herramientas digitales para cumplir con acciones y necesidades básicas de la vida cotidiana. Entonces, muchas de las violencias patriarcales que ya conocemos se trasladan al ámbito digital”, concluye Romina Zapata.
(1) Romina Zapata: Licenciada en Comunicación Social (UNCuyo). Diplomada en “Culturas de Infancia en América Latina: hacia un enfoque decolonial en las prácticas sociales con niños, niñas y adolescentes”. Coordinadora del área de capacitaciones de la Dirección de Género y Diversidad de Mendoza. Especialista en temas de género y diversidades.
Por Javier Avila | Laura Fiochetta | ONAF | 31 de marzo de 2022