A poco de iniciado el aislamiento decretado por el gobierno nacional comenzaron a surgir estimaciones del impacto que el COVID 19 tendrá en las infancias. Un trabajo publicado por UNICEF Argentina hace foco en la pobreza monetaria. Perspectivas a corto plazo y datos. Implicancias de la pobreza en la vida de niños, niñas y adolescentes.
Un trabajo publicado en mayo y por UNICEF Argentina estima los efectos de la pandemia sobre el nivel y la composición de la pobreza infantil y de la desigualdad en niños y niñas.
El método utilizado toma como base datos oficiales de Cuentas Nacionales la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) publicados por INDEC y pronósticos del PBI efectuados por el FMI.
El informe «La pobreza y la desigualdad de niñas, niños y adolescentes en la Argentina.
Efectos del COVID-19″ fue publicado en abril y actualizado en agosto de 2020 por UNICEF Argentina. En él se realiza una proyección de la pobreza infantil en Argentina en base a la relación entre las fluctuaciones económicas y los niveles de pobreza monetaria. Hacer clic aquí para acceder al informe completo en el sitio de UNICEF Argentina
El análisis se limita a la relación entre las fluctuaciones económicas y los niveles de pobreza monetaria, dejando afuera aspectos tales como educación, nutrición o salud. Aún así permite dimensionar el efecto casi inmediato que está teniendo la Pandemia en la actividad económica, el empleo y los ingresos familiares.
En el estudio se afirma que, previo al inicio de la pandemia, en Argentina el 53% de los niños, niñas y adolescentes se encontraban en situación de pobreza por ingresos. Pero según las primeras estimaciones -efectuadas en mayo- hacia fines del 2020 la pobreza alcanzaría el 58,6% del total. Por otra parte, el 16,3% estaría en situación de indigencia o pobreza extrema.
Pero una actualización de las proyecciones realizada en julio arrojó resultados aún más preocupantes:
En diciembre de este año el porcentaje de niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza llegaría al 62,9% del total y el de indigencia al 18,7%.
Estos niveles de pobreza afectarán en mayor medida a hogares monoparentales y/o cuyos progenitores son migrantes, poseen empleos informales o están desocupados. Por otra parte, la prevalencia de la pobreza continuaría mayormente acentuada en barrios populares y en las regiones Noroeste y sur de Argentina.
Los niños, niñas y adolescentes son especialmente vulnerables a las situaciones de pobreza, en especial los que transitan su primera infancia y dependen del cuidado de adultos. Los efectos de la malnutrición o la falta de atención temprana de enfermedades prevenibles suelen tener efectos de por vida.
Desde el punto de vista de la subjetividad, los niños y niñas identifican la pobreza con experiencias y situaciones concretas tales como la imposibilidad de acceder a ciertos bienes; no poder ir a la escuela; no tener una vivienda; no tener juguetes; no disponer de agua potable o tener hambre.
Además, el impacto de estas carencias en la infancia tiene repercusiones a largo plazo. Está demostrado que los niños y niñas que la sufren tienen mayores probabilidades de continuar en la misma situación en la adultez.
Por Javier Avila | ONAF | 28 de octubre de 2020
