¿Cuáles son las vivencias de quienes protagonizan la educación en estos tiempos? El Observatorio consultó a alumnos y alumnas, docentes y familias. Las desigualdades son evidentes. Si hablamos de educación, la brecha digital es el eje de los tiempos que corren.
Según datos publicados por el Observatorio, en 2018 el 99,53 % de los niños y niñas de 5 a 12 años pertenecientes a hogares de toda la provincia asistía a la escuela. No obstante, según un estudio reciente del INDEC el 38,6 de los hogares del Gran Mendoza no tiene computadora y el 14,3 no posee acceso a Internet. En pocos días todo el sistema de enseñanza-aprendizaje se mudó a los entornos virtuales. Contar con computadora, tableta o celular y conexión a Internet se convirtió en condición necesaria para la inclusión escolar.
Desconectados/as
“Es muy bueno hablar con los directores y supervisores y estos dispositivos van a permitir conectar más familias a la escuela. Traemos distintas soluciones de conectividad dependiendo de las necesidades de los estudiantes. Estos dispositivos son el resultado de la campaña Tu ayuda nos Conecta, hay celulares donados usados y nuevos, hay computadoras y modems nuevas y usadas. Fue muy fuerte el apoyo del gobernador en cuanto a las donaciones que les propuso a los funcionarios, estamos entregando 4.000 soluciones y vamos a seguir entregando muchísimas más”, dijo el director general de Escuelas, José Thomas luego de recorrer la provincia en los primeros días de junio.
Casi al comienzo de la pandemia, la cartera dirigida por Thomas lanzó la campaña denominada Tu ayuda nos conecta. A través de ella se le pidió a la población que donara cualquier artefacto tecnológico que sirviera a estudiantes para conectarse a Internet. “Las familias se hicieron cargo como nunca de la educación, están muy involucrados. Lo que están haciendo los docentes es admirable. Estamos transitando un momento muy crítico pero el aprendizaje está ocurriendo y debemos apoyar a los estudiantes para que no queden fuera del sistema”, agregó el funcionario.
Sin embargo, el día a día sigue siendo dificultoso para que la educación llegue a toda la población escolar. La docente del centro educativo Arco Iris del Barrio Papa, Godoy Cruz, Victoria Zabala, cuenta: “El acceso a la tecnología en barrios como el Campo Papa es escaso. Casi ninguna familia tiene Internet. Sólo se maneja con los datos móviles quien tiene esa posibilidad. Así que es complejo llegar a les niñes y a sus hogares a través de las redes digitales. También hay otro inconveniente y es que las familias cambian sus teléfonos muy seguidos, muchas veces tienen un número para llamada y otro para Whatsapp y eso dificultan la comunicación entre los educadores y las educadoras con las familias.
La estrategia para que nadie quede afuera son lo cuadernillos impresos. «En nuestro caso, en el centro educativo Arco Iris optamos por los cuadernillos, asumiendo el costo de imprimirlos y entregarlos de manera quincenal o mensual. El compromiso de las familias es mandar fotos de la actividad. Hoy la herramienta para llegar a las comunidades realmente es Whatsapp con mensajes escritos y con audios. Pero no nos manejamos de esa manera para enviar tareas, sino a través del papel, con un cuadernillo. No en todas las casas hay Internet ni computadora. El celular a veces tampoco está en buenas condiciones”.
A medida de el nivel educativo es más alto, existen más trabas para cumplir con lo que pide la escuela. “Las dificultades en el Jardín Maternal son pocas por las tareas son sencillas. El problema está en los niños y niñas que atienden al CAE (Centros de Apoyo Educativo), y muchas veces las mamás y los papás no han terminado la escolaridad y eso dificulta que el niño pueda acceder a buscar información y terminar las tareas de manera sencilla. Las familias recurren a las maestras del CAE para resolver las tareas enviadas por la Dirección General de Escuelas porque no saben editar un video o mandar un audio con algunas características que se solicita. Claramente en situación de pobreza la pandemia se vive de otra manera. Niños y niñas se ven muy perjudicados para acceder a educación de calidad”, explica.
Ser docente en tiempos de pandemia
De lunes a viernes, a las 8:00 de la mañana, Oscar, un maestro de una escuela de Bermejo envía las tareas a sus treinta y tres alumnos y alumnas de tercer grado. “Tienen hasta las 8:00 de la tarde para enviarlas a mi Whats app”, cuenta. “En esta nueva forma de enseñanza a distancia casi todos los alumnos cumplen con las tareas. Tratamos de enviar todas las actividades a través del formato PDF para que las madres puedan verlo en el celular . Las que quieran la pueden imprimir”, dice contento.
Pero no es que todo el grado tenga acceso a la tecnología, sino que la escuela se las ingenió para que nadie se quede afuera. “Hay algunos alumnos que no les llega porque no tienen Internet o un teléfono viejo, entonces tratamos que todas las actividades vayan a una plataforma virtual de la escuela. Por otro lado, todos los martes la directora los espera en la escuela y les imprime las tareas de la semana a quienes no pueden recibirlas por el móvil”, dice. Incluso, quienes tienen dificultades de aprendizaje reciben las tareas con el filtro de la psicopedagoga que las adapta de acuerdo a cada estudiante.
Oscar está contento del trabajo realizado pero asegura que hay algo que es irremplazable: el afecto de los y las docentes. “Lo que hemos aprendido es a trabajar y profundizar la parte tecnológica. Muchas veces se trabaja mejor que antes porque podemos enviar muchos recursos, como por ejemplo videos. De esa manera es mucho más dinámico. Aquellos que tienen computadora lo pueden hacer mejor, pero quienes tienen un celular en malas condiciones en una casa y para varios niños/as solo pueden desarrollar algunas actividades. Eso es lo que más dificulta el aprendizaje. A mi me parece que estamos trabajando bien en este momento, pero esto no reemplaza la presencia del docente que es muy importante ya que los niños y las niñas. Es lo que necesitan para poder aprender . Además lo más importante es la afectividad, quees lo que falta”.
Las vivencias de las infancias
La cara de enojo de Margarita es notable. Es domingo por la noche y mañana tiene que levantarse temprano para ir a la escuela virtual. Ella asiste a quinto grado de una escuela de gestión privada y de doble escolaridad del centro de Godoy Cruz. “Nos levantamos a las 8.30 y tenemos que tomar clases por zoom. La mayoría de las veces es aburrido porque se producen muchos silencios, se pierde mucho tiempo conectándonos”, dice. Nos dan tareas todos los días, de la mayoría de las materias. Hago casi todo pero lo de inglés lo tengo muy atrasado porque no llego”, agrega.
Malena, en cambio tiene otra vivencia. Es una alumna de cuarto grado de una escuela pública del centro de Guaymallén. Está contenta de hacer las tareas en su casa pero extraña a sus amigas. “Me gusta hacer la tarea en el celular porque las podés hacer en la cama, en cualquier parte y relajarte y no tenés que estar sentada derechita como todo una señorita. Es muy poquita la tarea y tengo tiempo para hacer otras cosas. A las tareas las hago en el celular y a veces en la compu. No las imprimo porque no tenemos impresora. Mi mamá las copia y yo las resuelvo. Lo que no me gusta es que hace mucho que no veo a mis amigas”, se lamenta.
Ser madre y hacerlo todo
María Bernales trabaja todas las mañanas y deja a su hijo de ocho años con su papá. Están separados, sin embargo decidieron que él fuera todas las mañanas a la casa de ella a cuidar al niño para que no tuviera contactos con otras personas. Cuando María llega, el almuerzo está hecho. Pero las tareas no. “No me molesta el hecho de tener que explicarle a mi hijo, sino que tengo que ponerme a copiar todas las tareas que manda la seño por Internet porque no tenemos impresora”, explica. “Lo que he visto es un recargo en las tareas especiales como las de Educación Física, en las que piden que por ejemplo se copien reglamentos de deportes. O las de Música, en donde nos han pedido dos o tres videos editados como trabajo”, explica.
Por Laura Fiochetta | ONAF | 13 de junio de 2020
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