A diez años de su creación, el Observatorio consolida sus objetivos para el 2023. «Trabajamos los temas tanto desde enfoques cualitativos como cuantitativos, sin perder de vista la necesidad de empatizar con casos específicos, pero también preocupados por contar con datos duros», explica Fadin, quien también es docente, investigadora y directora de la Licenciatura en Niñez, Adolescencia y Familia. La vinculación de la Universidad con su contexto y los temas prioritarios en la agenda pública de infancias.
¿Cómo ha sido este año para el Observatorio?
Ha sido un año muy productivo. Además de avanzar con la agenda de investigación que llevamos desde el CIUDA y el Instituto de Investigaciones, pudimos sumar temas nuevos. Uno de ellos es el de la adopción en familias monoparentales y otro el de inteligencia artificial y su impacto en la cotidianidad de niños y niñas. Hay otros, pero estas dos líneas ejemplifican el interés del Observatorio por explorar situaciones que en las grillas de investigación podrían ser considerados como «temas de frontera». Esta ha sido nuestra vocación desde el principio. También hemos profundizado en el desarrollo de herramientas que nos ayuden a comunicar con datos la situación de las infancias en Mendoza. En el 2023 renovaremos nuestro sitio web y tendremos importantes novedades sobre ese tema. Además, como todos los años, hemos concretado instancias formativas como la Diplomatura Universitaria en Gestión de Políticas Públicas en Niñez, Adolescencia y Familia. Esta es una iniciativa del Observatorio que se ha convertido en una referencia formativa a nivel nacional. Este año cumplimos diez años y lo celebramos con dos eventos en línea que tuvieron proyección nacional y altísima asistencia. Todo esto marcó favorablemente la trayectoria del ONAF como un aporte muy valioso tanto para la universidad como para la provincia y el país.
¿Qué relevancia tiene el trabajo del Observatorio para la comunidad universitaria?
El Observatorio ha ido adquiriendo el rol de un espacio vincular entre el conocimiento académico y las distintas aristas de lo que podríamos llamar «realidad social». En esto entran tanto las situaciones concretas que transitan niños, niñas y familias en su cotidianidad como las políticas públicas que van moldeando las condiciones de vida de la población. Trabajamos los temas tanto desde enfoques cualitativos como cuantitativos, sin perder de vista la necesidad de empatizar con casos específicos pero también preocupados por contar con datos duros. Nos esforzamos por acercar a la comunidad académica información que los organismos públicos o no producen o no difunden. En este sentido, la relevancia que ha logrado el ONAF este año para muchos integrantes de la comunidad universitaria probablemente marca un antes y un después en su relación con el contexto social en el cual se desenvuelven.
El Observatorio de Niñez, Adolescencia y Familia es el primer observatorio de su tipo en Mendoza y la región. Pertenece a la Facultad de Psicología de la Universidad del Aconcagua, Mendoza, Argentina. Su finalidad es contribuir a la disminución de la brecha entre la situación actual y el cumplimiento de los derechos contemplados en la Convención Internacional de los del Niño (CIDN) y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Desde su creación en octubre de 2012 el Observatorio viene desarrollado actividades de docencia, investigación, comunicación y vinculación con áreas gubernamentales y organizaciones sociales.
¿Cómo es la relación con organizaciones y áreas de gobierno?
La vinculación de la Universidad con la comunidad es una de las ideas en base a la cual hace diez años decidimos crear un observatorio. En ese sentido, todos estos años hemos tenido experiencias muy enriquecedoras. Hemos concretado actividades y proyectos a distinta escala con organizaciones territoriales y de apoyo, tanto provinciales como nacionales e internacionales. También hemos trabajado con áreas de los tres poderes del Estado y a nivel municipal, provincial y nacional. Todo esto nos ha permitido ganar perspectiva y sobre todo nos ha dado la posibilidad de canalizar cada vez mayor conocimiento desde y hacia la comunidad académica. El conversatorio sobre sistemas de protección de derechos con el que cerramos los festejos de nuestro aniversario es un claro ejemplo: En un mismo espacio estábamos interactuando alumnos, docentes y profesionales de Mendoza, Buenos Aires, Santa Fe, Neuquén y Tierra del Fuego. Entre ellos había subsecretarios, directores, jueces, líderes sociales, operadores, docentes, investigadores, alumnos y alumnas. Creemos que este es el camino a seguir.
¿Cuáles son los temas de las infancias y adolescencias que más deberían estar en la agenda
pública?
Si tuviéramos que hacer un listado de temas sería extensísimo. Por supuesto que hoy el principal problema es la pobreza y la caída del poder adquisitivo en general. Pero hay otros temas que son a la vez estructurales y urgentes, como el de los consumos problemáticos o todo lo relacionado con la salud mental. Desde mi punto de vista, los temas que necesitan ser revisados e incluidos en la agenda pública son especialmente el presupuesto destinado a la implementación y sostén de programas que acompañen a las familias en el ejercicio de sus competencias parentales. Esto posibilitaría el fortalecimiento familiar, para hacer frente a situaciones de riesgo como lo son las del consumo problemático, conductas violentas, suicidio adolescente y muchas otras.
En Mendoza, ¿Es desigual la atención a las infancias según el departamento?
Debemos decir que según lo observado desde nuestro espacio, hay grandes diferencias en la
atención a las infancias en los departamentos de nuestra provincia. Obviamente que las distancias
juegan un papel importante en esto. Es grave la situación de las escuelas albergues de Lavalle y del
sur; la falta de profesionales especializados en infancia y adolescencia en los centros de salud y
gabinetes escolares; el atraso importante a organizaciones sociales que acompañan a las familias
en territorio suma un ingrediente a la insuficiencia. Además, la resolución de problemas en los
departamentos más alejados como son La Paz, Malargüe y Alvear se nota más lento.
Por Laura Fiochetta | 27 de diciembre de 2022