“Me preocupa el tema y muchísimo. No digo que sea malo el uso de la tecnología, sino el exceso en la cantidad de horas», explica Julieta, mamá de Julián (10) y de Mateo (8). “Hacemos acuerdos, por ejemplo que no lo use a la noche, o no más de una hora diaria», cuentan los padres de Belisario (5). ¿Cómo se relacionan las familias con las tecnologías digitales en la era de los algoritmos y el streaming ? Entrevistas a padres y madres. Instantáneas de una generación que crece frente a las pantallas.
Milena tiene ocho años y va a la escuela en la mañana. Por la tarde hace natación y después las tareas escolares. “Creo que el uso de tecnología tiene riesgos, pero en éstas épocas es imposible evitarlos, explica Laura, su madre. «Hablo con mi hija todo el tiempo sobre lo que ve y lo que escucha”. Después dice que para ella lo más importante es el diálogo. “No tengo acuerdos sobre el tiempo de uso de pantallas. Voy generando otras actividades para que ocupe su tiempo en cosas «extra tecnológicas». Si veo que lleva mucho tiempo enfrascada, ahí sí le digo que deje su celular”, agrega.
La relación de las infancias con las tecnologías y los medios de comunicación cambió drásticamente en los últimos años. De la imagen de la familia reunida frente a la radio primero y después frente a la televisión, se pasó a la hiper especialización de la oferta destinada a niños y niñas y adultos en función de sus edades e intereses. Hoy cada integrante de la familia puede seleccionar qué ver -y en qué dispositivos hacerlo- en función de sus gustos. El gran desafío es cómo regular el patrón adictivo que generan las pantallas.
Creo que el uso de tecnología tiene riesgos, pero en éstas épocas es imposible evitarlos
Laura. madre de Milena (8)
Belisario tiene 5 años. Su mamá Natalia y su papá Claudio cuentan que están preocupados por el uso de la computadora. “Hacemos acuerdos, por ejemplo que no lo use a la noche, o no más de una hora diaria. Por otro lado, el caso de Julián (10) y Mateo (8) es bastante similar. “Me preocupa el tema y muchísimo. No digo que sea malo el uso de la tecnología, pero sí el exceso en la cantidad de horas. Hay acuerdos con el padre: usamos el sistema de control parental de los dispositivos, entonces tienen un tiempo para que se les bloquee”, dice su madre.
Algunos expertos han descrito al uso habitual de los celulares como “comunidad íntima a tiempo completo”, afirmando que nos hemos convertido en caracoles que “llevamos nuestro hogar de relaciones a la espalda”. Por otro parte, el informe Estado Mundial de la Infancia 2017 de UNICEF, titulado «Niños en un mundo digital«, señalaba que teléfonos inteligentes están alimentando una “cultura del dormitorio”, y para muchos niños el acceso en línea es cada vez más personal, tiene un carácter más privado y está menos supervisado.
Daniel asegura que el tema de las pantallas es frecuente en charlas con madres y padres. “Es un asunto de conversación con los otros padres porque no todos tienen la posibilidad de sacar los chicos de los dispositivos, porque trabajan mucho. Lo que sí, con diez años, yo no lo dejo a mi hijo usar redes sociales. Creo que no tiene la capacidad de manejarlas. A través de una aplicación sé en qué pagina estuvo y qué estuvo haciendo”, explica.
“Es complicado», explica Daniel, papá de un niño de diez años. «Hoy en día los padres a veces necesitan tener a los chicos quietos cuando salen o van a algún lado, entonces les dan la computadora o el celular. He abordado el tema de la tecnología charlando con mi hijo, porque tiene la capacidad de darse cuenta qué es bueno y qué es malo», explica. «Es posible dosificar su uso. Por ejemplo, poniendo un horario. En nuestro caso hemos tratado de que en vez de que use la tecnología haga deportes».
Ya en 2017, el informe de UNICEF señalaba que número cada vez mayor de pruebas empíricas revelaban que los niños estaban accediendo a Internet a edades cada vez más tempranas. En algunos países, los niños menores de 15 años tenían la misma probabilidad de usar internet que los adultos mayores de 25 años. En aquel momento, los niños y adolescentes menores de 18 años representaban aproximadamente uno de cada tres usuarios de internet en todo el mundo.
Se ha descrito al uso habitual de los celulares “comunidad íntima a tiempo completo”, afirmando que nos hemos convertido en «caracoles» que “llevamos nuestro hogar de relaciones a la espalda”.
Vera tiene 5 años y su mamá y su papá dicen que no están más “ocupados” que preocupados por la utilización de los aparatos tecnológicos. “Nuestra hija ha empezado a ver más tele pero no le prestamos el celular. Me «ocupa» porque es algo que le genera mucha adicción. De hecho, sus castigos o penitencias tienen que ver con suspender la tele. Tenemos un día fijo que no se prende la tele y trato de que no sea una hora máximo. Me importa que sea una hora que aprenda a controlar ella, pero de a poco”, sostiene.
Como señalábamos en una nota anterior, los progenitores entrevistados en una investigación del Observatorio consideraban que lo mejor era que sus hijos e hijas pasaran el menor tiempo posible frente a las pantallas. Para gestionar ese tiempo, simplemente hacían lo que podían. La clave sigue siendo la disposición para hablar sobre el tema, planificar y establecer límites y acuerdos.
Por: Laura Fioccheta | Javier Avila | ONAF | 2 de mayo de 2022