Puentes Callejeros: un programa para las infancias en situación de calle

Generando Puentes no solo construye caminos sino también esperanzas con sus “Puentes Callejeros”. Este programa, que abraza a los chicos donde se encuentren, ahora suma una pantalla educativa móvil, única en nuestra región.

Fuente: Generando Puentes

Es  una herramienta que ilumina mentes curiosas y les recuerda que el aprendizaje es también un derecho.

…“Ustedes pueden verlos: están en la plazoleta de la calle Arístides, con un chocolate calentito, si es que hace frío. Y ahora, gracias a una beca que ganaron desde una fundación de Bélgica, les es posible disfrutar  una escuela móvil que cuenta con una pantalla educativa para los niños y las niñas que están en situación de calle!! Pueden darse una vueltita y hacer un recreo en medio del situación de estrategia s de supervivencia en la calle…Sí, un ratito antes y después de  vender las medias por las calles mendocinas o mientras andan con su mamá… porque son chiquitos, recorriendo las veredas durante todo el día”

Lidia Yerden, es Licenciada en Trabajo Social, parte del equipo de Generando Puentes, y coordinadora del proyecto Puente Callejero. Le cuenta al Observatorio de Niñez, Adolescencia y Familia, sobre el abordaje  de las infancias, como parte de una política pública avalada por la Dirección General de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes que depende del Gobierno de Mendoza.

“Desde que nacimos como Generando Puentes, tuvimos la intención de trabajar con chicos y chicas en situación de calle, pero primero hicimos nuestro trabajo en barrios populares. Hace dos años, nos llamaron de la DGP y nos ofrecieron si queríamos trabajar en este proyecto. Para nosotros significaba un sueño, por un lado, pero también un gran desafío”, cuenta Yerden.

Pero no se asustaron, por el contrario, con compromiso la organización se preparó para lo que vino.

“Nosotros tenemos tres personas que forman parte de la organización y que se han formado en Fortaleza, Brasil, con chicos en situación de calle. Así que empezamos a armar el equipo teniendo en cuenta esa experiencia. Fuimos a Buenos Aires a observar organizaciones porque sentíamos que  en Mendoza, hablar de chicos en situación de calle era referirnos a una problemática invisible”, continuó Yerden.

Fuente: Generando Puentes

En el equipo de “Generando Puentes” trabajan casi 30 personas incluyendo los voluntarios, quienes brindan servicios indirectos y muchos de ellos son profesionales con conocimientos de administración, gastronomía, marketing, trabajo social, entre otros.

El abordaje que se decidió como organización hacia los niños y niñas en situación de calle, se basa en la Observación 21 de la ONU, que “entre otros puntos, que no vamos a hacer asistencialismo ni vamos a tener una actitud represiva con los chicos, es decir no vamos a llamar a la policía salvo que corra peligro su vida. Respetamos su lugar, y desde su lugar nos acercamos,  establecimos con tiempo y paciencia, lazos”, relata Lidia.

Para aplicar esta metodología se tuvo en cuenta todas las recomendaciones de organizaciones de Brasil, México y Bolivia, con quienes la ONG está en contacto permanente. “Apuntamos a la no institucionalización, a que si el chico está en la plaza, vamos a ir a la plaza, y no a llenarlo de preguntas, simplemente a poder acercarnos. Siempre desde un enfoque basado en derechos, que fue totalmente apoyado por el Gobierno de Mendoza”, siguió la referente social.

Es que el tiempo, como dice Silvio Rodríguez, está a favor de los pequeños. Y desde el programa Puentes Callejeros se tomaron muchos meses para caminar las calles del centro mendocino y observar, sólo observar. ¿Qué? Qué hacían los niños, niñas y adolescentes en situación de calle, cuáles eran sus rutinas, por dónde andaban. “Descubrimos que hay grupo que compra temprano medias en la calle General Paz y después van hacia Las Heras, luego a San Martín y terminan en la Arístides”, narró Yerden.

Es por eso que la próxima etapa, tuvo como objetivo,, vincularnos,  fue ponerse en la plazoleta donde comienza la calle Arístides. Para compartir una chocolatada con los chicos, unas galletas, una charla,  de a poco, siempre respetando sus tiempos, espacios y ganas. “La mayoría tiene entre 10 y 16 años, algunos están solos, vendiendo, los más pequeños están con sus familias”, sumó nuestra entrevistada. En Mendoza, se da una situación particular: ”En estos dos años que venimos trabajando descubrimos sólo dos chicos dormían en la calle. El resto,  andan por las calles durante el día y vuelven a sus casas por la noche”, continuó.

En este proceso ganaron una beca. Se trata de una gran pizarra que llegó en septiembre a la plazoleta de la Arístides y los niños y las niñas tienen su ratito para jugar, pensar derechos y aprender. La beca es de Mobile School (“Escuela Móvil”) que es una organización belga que pretende mejorar la vida de los niños en situación de calle en el mundo, ayudando a organizaciones existentes en todo el mundo a trabajar más eficazmente. Con juegos educativos, estos niños y niñas reciben una educación accesible de una forma lúdica.

Además, la organización forma a educadores de calle. Actualmente, 42 escuelas móviles se desplazan en 24 países e imparten clases en 15 idiomas distintos; su lema es ‘ Si los niños no van a la escuela, la escuela se desplaza hasta los niños’.

“Es un momento corto, un recreíto para los chicos en situación de calle, pero ese recreo creo que hace muy bien”, nos dice Lidia mientras continúa tendiendo y generando puentes por las calles de Mendoza.

Por Laura Fiochetta. Edición: Rebeca Orellano | ONAF | 04 de Diciembre de 2024

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